Curiosidades: Ser una extranjera en China

Hoy les vengo a contar acerca de la divertida, extraña y a veces agobiante experiencia de ser una extranjera en China, especialmente en la provincia donde yo vivo: Henan.

Cuando fui a Beijing la verdad es que ser extranjera fue de lo más normal. Todo bien. La experiencia no ha sido igual en Henan. Aquí ser extranjera es… como ser una super estrella de cine (o quizás un alienígena). La gente en la provincia de Henan (y en muchas otras provincias excluyendo las zonas como Beijing, Shanghai, Nanjing, etc) no está acostumbrada a ver extranjeros. Y con no estar acostumbrada me refiero a que realmente les causa un gran shock. ¡Menos mal que yo no tengo el cabello rubio o si no ahí si que sería peor!

Cuando mis compañeros extranjeros y yo salimos a las calles, la gente de acá se nos queda mirando sorprendidos. Se hacen gestos los unos a los otros diciéndose «¡mira mira! ¡老外!» (lǎo wài = extranjero). Muchas veces también nos sacan fotos, a veces a escondidas o a veces se arman de valor y preguntan si nos pueden sacar una foto. No se pueden imaginar la cara de «wooooooow» cuando los chinos ven a Miodrag, un compañero de Serbia que es muy muy alto. Como 1.90 m. La gente de acá se detiene a verlo.

Yo y mis compañeros el primer mes que llegamos a Kaifeng.

La verdad al principio era divertido, daba bastante gracia, pero con el tiempo empieza a agotar. Tengo la suerte de que de lejos a mi no me reconocen como extranjera, pero cuando en la calle me escuchan hablar tanto en chino como en inglés se dan vuelta a mirar y luego se quedan mirando. ¡Pero si voy calladita paso piola haha!

Hay anécdotas muy muy divertidas de esto. Una vez en la calle una señora detuvo a mi compañera suiza y le «pidió» si por favor podía tomar a su bebé en brazos y sacarle una foto con el bebé (a mi compañera tomando al bebé en brazos… sólo ellos dos en la foto). Digo «pidió» porque en realidad le pasó el bebé casi sin esperar respuesta y mi compañera no sabía qué hacer hahaha. Muy chistoso. Otra anécdota un poco extraña que un compañero de África me contó es que una vez en la calle, además de mirarlo con mucha sorpresa como de costumbre, una señora se acercó a él mirándolo atónita y pasó la punta de su dedo por el brazo de mi amigo de África. Luego de esto, la señora se miró el dedo con cara de «oh, no se sale lo negro». ¡Muy extraño!

Situación que siempre pasa, sacarnos fotos con niñitos chinos que no conocemos.

Realmente impresionante lo poco acostumbrados que están los chinos a ver extranjeros por estos lados. Pero pese a todo esto, una vez que hablas con ellos por lo general son amables y llenos de curiosidad por preguntarte de dónde eres, qué haces, etc etc. A mi siempre me dicen lo bien que hablo chino mandarín y que es genial poder hablar conmigo, así que son un poco extraños pero en general buenas personas.