Luego de un vuelo de aproximadamente 20 horas aterricé en Beijing, capital de China. Llegué junto con Natalie, una amiga que al igual que yo había sido beneficiada con la Beca del Gobierno Chino. Lo primero que hicimos al llegar fue ir a la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing a recibir el primer pago de la beca, dejar nuestras maletas en los dormitorios para alumnos extranjeros de la universidad y tomar una ducha. No nos quedamos mucho ahí debido a que los encargados de recibir a los becarios insistían en enviarnos ese mismo día a nuestras respectivas universidades (en diferentes provincias de China). Con Natalie estábamos decididas a que nos quedaríamos unos 5 días en Beijing en el departamento de Robin, amigo chileno que trabaja en Beijing (¡muchas gracias Robin por todo!), así que rechazamos la oferta y nos hospedamos en el departamento de Robin.
Mis primeras impresiones de Beijing fueron las siguientes:
1) Contaminación (!!!) Los días que estuvimos turisteando en Beijing fueron días contaminados, lo que no es novedad en la capital de China. Personalmente yo pensaba que al ser una Santiaguina no iba a encontrar la contaminación de Beijing tan terrible (pues mi ciudad, capital de Chile, es bastante contaminada) pero me equivoqué. Santiago es un paraíso comparado a Beijing cuando se encuentra con altos niveles de contaminación. La contaminación realmente se siente. Se siente en la garganta y en la cabeza. Dolor de cabeza. Además ver el cielo gris es algo bastante depresivo.
2) Clima: Llegué a Beijing a finales de Agosto, lo que se podría decir que aún es verano. El verano por estos lados suele ser húmedo, caluroso y con mucha lluvia. Nos tocaron un par de días lluviosos e incluso con tormentas eléctricas en la noche. En Santiago nunca tenemos un verano de estas características así que fue bastante interesante poder vivirlo. Aunque creo que prefiero los veranos secos, ya que la humedad me jugó muy en contra y mi pelo se sentía horrible esos días.
3) Motocicletas eléctricas y bicicletas por la ciudad: Una de las cosas que más me gustan de China son las motos eléctricas. Las encuentro muy cómodas y me encanta que no sean tan ruidosas como las motocicletas que hay en Chile. También es fácil comprobar como realmente China es uno de los países con más ciclistas, pues las calles están llenas de ellos (aunque también hay muchos autos y tacos…)
Estación de metro que quedaba cerca del departamento donde nos estábamos quedando.
4) Metro: El sistema de metro me pareció bastante bien. Quizás nunca me tocó andar en horario punta pero tuve la suerte de siempre viajar cómoda en el metro de Beijing. Con cómoda me refiero a que puedo respirar y moverme libremente. Los que viven en Santiago y utilizan el metro en horario punta saben lo terrible y horrible que puede ser. Nunca me tocó pasar por una situación semejante en el metro de Beijing, y eso que viajé en horarios 6 o 7 pm. Además el metro tiene 18 líneas con aproximadamente 318 estaciones (lo que lo convierte en el segundo metro con mayor distancia cubierta en el mundo). Dos líneas son circulares (es decir no tienen estación terminal, son cíclicas). ¡Eso me pareció muy interesante! Y chiquillos, el transporte es demasiado barato. En Beijing el metro costaba 2 yuanes, lo que es aproximadamente 200 pesos chilenos.
5) Escupitajos: Si señores, es real. Eso que dicen que en China todos los chinos andan escupiendo en las calles. Es impresionante y para nada agradable. Lo peor es que no sólo escupen, sino que al hacerlo hacen bastante ruido pues realmente pareciera que sacaran el escupo de lo más profundo de sus cuerpos…
6) Baños (!!!) Ok, antes de venir a China sabía ya cómo eran los baños chinos, pero la verdad pensaba que en Beijing, por ser capital, también habrían baños occidentales y sobretodo: baños limpios. Pero no es así, la cultura de los baños hediondos, sucios e incómodos de China está presente incluso en la capital, eso me llamó demasiado la atención.
